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Christian Chávez se une a marcha de la comunidad LGBTQ+ en el Reclusorio Norte

🔸 El cantante Christian Chávez, destacó que sí se respetan los derechos de la comunidad dentro del sistema penitenciario

#NACIONAL | Globos de colores de la comunidad LGBTQ+ adornan el pasillo que va desde el campo de futbol y el gimnasio al aire libre hasta el auditorio del Reclusorio Preventivo Varonil Norte.

También se ven banderines con los mismos tonos que cuelgan entre postes. De fondo, las nubes intentan cubrir el Cerro del Chiquihuite y los cerros que delimitan la CDMX con el Estado de México.

Parte del colectivo LGBTQ+ del penal —en total son 71— se prepara a un costado del gimnasio con banderitas en la mano, collares de flores de plástico y globos largos sobre los hombros como si fuera una gran capa.

Algunas personas privadas de su libertad son pintadas en el rostro con brillantinas de colores y perlas. Alguno aprovecha —de forma voluntaria— hacerse una prueba rápida de detección de VIH con personas de Clínica Condesa que se encuentran presentes.

Se trata de la marcha con motivo del mes del Orgullo (el Pride) que se realiza en el penal como parte de la visibilidad por los derechos de esa comunidad.

El actor y cantante Christian Chávez llega alrededor de las 11:30 de la mañana de ayer y muchas de las y los internos se acercan a él.

Fue invitado por autoridades del reclusorio para acompañar a hombres homosexuales y mujeres trans -desde jóvenes hasta personas de la tercera edad— a sentirse orgullosos por quienes son y celebrar la resistencia que ha mostrado la comunidad desde los disturbios en Stonewall el 28 de junio de 1969, encabezados por Marsha P. Johnson, una mujer trans negra.

Uno de los internos —con micrófono en mano— pide que vayan tomando asiento en las sillas blancas de plástico. Unos aprovechan para pedirle un autógrafo al cantante y abrazarlo, mientras que otros alistan los últimos detalles.

Una vez iniciada la ceremonia, se hace el cambio de corona de la reina saliente, Ashley, a Shirley, ambas jóvenes chicas transexuales.

Tras el aplauso de sus compañeras y compañeros, el agradecimiento al director del penal Luis Ángel Hernández Salas, y de la diputada trans Diana Sánchez Barrios, el colectivo comienza a organizarse y a formarse, mientras uno de ellos carga una grande bocina para iniciar el recorrido.

Se escuchan temas de actualidad. Rosalía se asoma por ahí y también Loba, con Shakira. Gritan consignas como “no que no, sí que sí, ya volvimos a salir”, “ése, policía, de noche es tu tía”, “esos, mirones, también son maricones”, mientras policías y custodios los miran a lo lejos y sueltan una que otra risa discreta.

El ambiente es de fiesta. Coinciden, como dijeron las reinas, en que no se trate de un sitio de dolor. Las actividades, comentó Ashley a Excélsior, las hacen alejarse un poco de la realidad que viven dentro.

El baile sigue camino al auditorio con pancartas en las que gritan sentirse orgulloses de quienes son. Encontrar libertad aunque no la tengan en ese momento.

Poco a poco, el colectivo entra al lugar. Pero no está vacío. Adentro hay más personas privadas de su libertad —no LGBTQ+— que los reciben con una estruendosa porra. “A la bio, a la bao, a la bim bom ba, la comunidad, ra-ra-ra”.

Las fuertes y graves voces de unos 100 hombres retumban en las paredes. La emoción se desborda entre la comunidad, que atina en levantar sus manos, banderitas y globos multicolores.

El show comienza. Seis personas —entre ellas Ashley y Shirley— hacen una imitación de RBD con Rebelde. Faldas, pantalones, camisas blancas y la corbata roja; todo perfecto. Casi al final del tema, invitan a Christian a subir para acompañarlos. Él baila con ellos mientras ondea una bandera del orgullo.

Ashley Corral, de 27 años, también cuenta a Excélsior, por separado, que está muy contenta de participar en las actividades del reclusorio.

Relata que ella puso la coreografía para la canción y se tardaron tres meses en crear todo el concepto. Pidió ayuda a diputadas para los uniformes y también para el maquillaje.

Cuenta que la designación de la reina se hace como un concurso de “misses”. Se presentan ante las autoridades y luego de escribir un discurso, éstas deciden quién llevará la corona este año, además de las actividades.

Sobre el escenario seguía la fiesta. Abajo, las porras con ese coro multitudinario como si se tratara de espartanos de la cinta 300.

El tono alburero, divertido y musical lo puso la Draga Maravilla, quien también fue recibida con estruendo por la porra, además de imitaciones como la de Karol G, por parte de un interno.

Adentro del auditorio, el calor se acrecentaba y los abanicos sirvieron de maravilla. Afuera, el frío continuaba y las gotas de lluvia de las casi dos de la tarde comenzaban a caer.

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