A través de varios estudios se comprobó que los infantes comen más alimentos no aptos mientras toman clases virtuales.
El formato de educación a distancia que continuará en el Estado por culpa de la contingencia sanitaria, genera un aumento en el sedentarismo y problemas de obesidad entre la población infantil y juvenil del Estado, advierten expertos en el tema.
“Durante los primeros cuatro meses que se aplicó en el país este modelo educativo, se registró un aumento en el consumo de alimentos chatarra y bebidas azucaradas mientras los niños veían la televisión educativa”, dice la nutrióloga Astrid Villanueva Carrasco.
Esta situación, menciona, afecta principalmente a los más de 23 mil niños de entre 6 a 12 años de edad de la entidad que ya se encontraban al límite de la acumulación excesiva de grasa, y pone en riesgo a otros 32 mil que ya presentan obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
Durante la primera fase de la pandemia se realizaron varios estudios a nivel nacional, los cuales coincidieron en que los niños comían más alimentos no aptos mientras tomaban clases a través de la televisión. También se comprobó el aumento del sedentarismo, ambos problemas que ya estaban agravados entre la niñez quintanarroense.
Como ejemplo citó el “Estudio cualitativo de radio y televisión en audiencias infantiles”, realizado por el Instituto Federal de Comunicaciones, el cual reveló que en promedio los menores de entre 5 a 14 años pasaban cuatro horas y media al día, pero durante la cuarentena se sentaron frente al televisor por casi 10 horas diarias.
“Esto fue consecuencia también de la cuarentena: sin la posibilidad de salir, los padres optaron por que sus hijos vieran televisión para tenerlos ocupados. Con la educación a distancia, les llegó la falsa sensación de que sería benéfico, ya que entendieron que la Secretaría de Educación Pública avalaba esto”, mencionó la experta.
Para evitar esta situación, la nutrióloga aconseja adecuar un espacio exclusivo para observar televisión, sin distracciones y con buena iluminación, y establecer estrictos horarios para que los niños no pasen más de tres horas diarias frente a este aparato. También recomienda que los niños realicen ejercicio físico o actividades didácticas, para liberar energía y el estrés del confinamiento.